9 de octubre de 2018

Compartiendo experiencias ajenas: el caso de Canadá

Gerardo Milano

Como Venezuela, Canadá es un país de economía pequeña, abierta al sector externo y rico en recursos naturales (incluyendo petróleo). A diferencia del país caribeño, el país del norte de América posee un alto índice de desarrollo humano [1], y un ingreso per cápita de unos US$ 43.433 [2], el quinceavo más grande a nivel mundial. En cuanto a desempeño macroeconómico, Canadá cerró el año 2017 con un incremento en su actividad económica de 3% [3], impulsado por una mayor demanda de consumo interno ante aumentos en el salario promedio, y también por un significativo crecimiento en la formación bruta de capital fijo [4].

No obstante, la performance económica canadiense no ha sido tan sólida desde siempre. En los años setenta, una década caracterizada por conflictos externos y estancamiento económico en muchos países industrializados, el estado tenía mucha participación sobre la economía canadiense, y ésta también se veía directamente afectada por las secuelas que la Guerra de Vietnam dejaba en las cuentas fiscales de Estados Unidos. En esa época, mientras Venezuela gozaba de altas tasas de crecimiento económico como fruto de una expansión del gasto público por el incremento en los precios del petróleo, Canadá comenzaba una etapa de estancamiento con altos niveles de inflación, que luego requirió de llevar  a cabo políticas económicas coordinadas para mitigar la escalada de los precios y recuperar la senda de crecimiento del PIB, hasta llegar al régimen de metas de inflación que actualmente sigue vigente.

Entre 1961 y 1971, en un período de estabilidad política, alta inmigración y crecimiento del empleo, Canadá registró un crecimiento promedio de 5,2% en el PIB con una inflación promedio de 2,7% [5]. En esa época, la política fiscal era de tendencia expansiva donde el gasto se concentraba en transferencias destinadas a la seguridad social, y era financiado por impuestos corporativos y sobre las ventas. A partir de 1973 la economía mostraba síntomas de agotamiento ante el “boom” petrolero y los estragos de los déficits fiscales en Estados Unidos por los grandes gastos militares, los cuales eran cubiertos mediante una mayor emisión de dinero en la economía [6][7]. En aquel entonces, el gobierno canadiense enfatizó su rol como interventor en la economía al establecer controles de precios y salarios [8], trayendo consigo que la inflación promediara al año casi un 9% [9]; a su vez que aplicaba una política monetaria tomando en cuenta al efectivo, los depósitos a la vista y a plazo (M1) como variable intermedia de para mitigar los efectos de inflacionarios, aunque no tuvo los resultados deseados debido a que el agregado monetario exhibía una volatilidad muy alta [10].

Para los años ochenta, Canadá implementó una serie de reformas fiscales (entre ellas la reducción en los gastos de la deuda pública, sueldos y salarios, y también a las transferencias corrientes) y monetarias (la creación de un sistema basado en un objetivo de estabilidad de precios a largo plazo, incluyendo a la inflación como objetivo de corto plazo) [11] que trajeron consigo el repunte de la actividad económica, y la estabilización de los precios hasta pasar a un promedio anual de 6% entre 1982 y 1991 [12]. En ese último año se establecería la política monetaria de metas de inflación (inflation targeting), donde tanto autoridades federales como monetarias se comprometieron a crear un marco creíble y sólido para controlar la inflación, y que éste genere confianza en los agentes económicos para así no generar presiones al alza. Desde su implementación, la inflación en Canadá se estabilizó hasta ubicarse en un rango de 1% y 3% anual.

En ese mismo período, por su parte, Venezuela atravesó un período de bajo crecimiento económico con mucha volatilidad [13], persistentes saldos deficitarios en cuentas fiscales y externas [14], una inflación que terminó de establecerse en dos dígitos [15], un mercado con bajos precios petroleros [16], y un crecimiento del endeudamiento público más acelerado que el que se observó a finales de los años setenta. Luego de un fallido intento de ajuste macroeconómico en 1989 [17], la economía retomó la senda de crecimiento hasta llegar a un máximo de aproximadamente 10% en 1991, aunque no se pudo desacelerar el ritmo de crecimiento de la inflación debido al aumento de los precios petroleros por el conflicto en el Medio Oriente, las altas tasas de interés en la economía, una progresiva devaluación de la moneda, los aumentos en las tarifas de los servicios públicos; los aumentos de sueldos y salarios; entre otros [18].

Comentarios finales:

En este artículo se quería realizar un breve análisis comparativo entre Venezuela y Canadá, haciendo énfasis en los períodos en los que atravesaron procesos de alta inflación y desaceleración económica. Se pudo observar que ambos países han tenido una reacción distinta ante estos escenarios, en donde la economía canadiense reaccionó negativamente ante el incremento de los precios petroleros tanto en la inflación como en el crecimiento del PIB, mientras que en Venezuela el PIB ha reaccionado favorablemente (vía expansión fiscal) aunque con mayor inflación.

Sin embargo, ya en los años ochenta y noventa, la tendencia cambia. Si bien en ambas décadas el mercado petrolero no estaba tan boyante como en los años setenta, Canadá mostró más resiliencia ante esos movimientos al crear mecanismos fiscales y monetarios para controlar la inflación y recuperar el crecimiento económico, junto con un fortalecimiento institucional sólido y creíble; mientras que Venezuela se mostró más vulnerable ante los cambios en ese mercado (principalmente en períodos de bajos precios petroleros), en donde el PIB se volvió más volátil y su crecimiento se desaceleró; y también en que la inflación no ha bajado de los dos dígitos debido, en parte, a la política fiscal expansiva de aquellos gobiernos. No obstante, pese a que a principios de los noventa Venezuela recuperó la senda del crecimiento, la inflación se mantuvo en dos dígitos motivado incremento continuo que experimentaron los costos de producción (servicios básicos, materias primas, sueldos y salarios), además de la influencia del gasto fiscal.

Referencias:


[1] Fuente: http://hdr.undp.org/en/composite/HDI

[2] Fuente: ídem.

[3] Fuente: Federal Reserve Economic Data.

[4] Fuente: Organization of Economic Cooperation and Development (2016). Economic Surveys: Canada overview.

[5] Di Matteo, L. (2017). A Federal Fiscal History: Canada, 1867-2017. Fraser Institute. Vancouver, Columbia Británica, Canada.

[6] Economic Consequences of War on the U.S. Economy (2011). Institute for Economics and Peace.

[7] Entre 1973 y 1979, la base monetaria  pasaría de US$ 71.699 millones a US$ 123.977 millones (Fuente: Federal Reserve Economic Data).

[8] Di Matteo, L. (2017). A Federal Fiscal History: Canada, 1867-2017. Fraser Institute. Vancouver, Columbia Británica, Canada.

[9] Fuente: ídem (abarca el período 1973-1979).

[10] Kolman, F. (2012). “The asymmetric reaction of monetary policy to inflation and the output gap: Evidence from Canada”. Elsevier.

[11] Ídem.

[12] Fuente: Federal Reserve Economic Data, cálculos propios.

[13] Donde entre 1980 y 1989, el crecimiento promedio del PIB en Venezuela fue de sólo 0,05% con una desviación estándar de 4,72% (fuente: Banco Central de Venezuela, cálculos propios).

[14] Ríos, G. (2004). Venezuela: Sostenibilidad Fiscal en un contexto de alta volatilidad. Corporación Andina de Fomento.

[15] Tendencia que iniciaría desde mayo de 1986, donde el Índice de Precios al Consumidor para el Área Metropolitana de Caracas (referencia de la inflación para la época hasta el año 2007) se situó en 10,4% (Fuente: Banco Central de Venezuela, cálculos propios).

[16] En 1986, el indicador WTI cerró con una merma de 46,2%, su descenso más significativo desde 1959 (Fuente: EIA, cálculos propios).

[17] En ese año se ejecutó un conjunto de medidas basados en el levantamiento de controles de precios, reducción de aranceles, reducción del déficit fiscal mediante la creación de nuevos impuestos y reducción del gasto corriente (entre ellos, los subsidios a la gasolina), etc. (Véase; González, F. (1996). El éxito de la política económica de 1989-1993. Fondo Editorial Tropykos. Caracas, Venezuela). Sin embargo, éste no se pudo cumplir en su totalidad debido a que ocurrió un fuerte estallido social, en el cual perdieron la vida más de 300 personas y otras miles resultaron heridas.

[18] Toro Hardy, J. (1993). Fundamentos de Teoría Económica. Un análisis de la política económica venezolana. Editorial Panapo. Caracas, Venezuela.

2 de septiembre de 2018

El Progreso Tecnológico y Futuro de la Mano de Obra

Félix E. Álvarez P.

El debate actual sobre el empleo en el mundo, sobre todo en las economías maduras, va más allá de los efectos de la Gran Recesión en EEUU y de la crisis económica global de hace una década. Los factores que producen esto, son más estructurales de lo que se pudiese ver a simple vista, aunque ciertamente, la crisis empeoró el panorama laboral a corto plazo y fungió de catalizador para la emersión de estas tendencias subyacentes.

Estamos en una era dentro del sistema económico y social donde los cambios tecnológicos están modificando constantemente las relaciones entre los agentes institucionales dentro del capitalismo. Los países desarrollados se encuentran en una etapa donde sus economías están basadas fundamentalmente en el sector servicios, lo que significa que el capital humano cada vez tiene mayores y transformadores efectos sobre la productividad y el crecimiento; en otras palabras, el conocimiento y la información se están convirtiendo en una especie de activo cuyo valor aumenta de importancia, particularmente en comparación al capital. Y esto, obviamente modifica la posición que tiene el trabajo dentro del sistema. Stiglitz menciona esto cuando manifiesta que para el caso de EEUU está ocurriendo hoy el mismo tipo de transición de los años 30 (cuando pasaron de ser una economía agrícola a una manufacturera), donde la transformación será de una economía manufacturera a una de servicios.

Keynes en su ensayo de 1930 Economic Possibilities of Our Grandchildren [Posibilidades Económicas de Nuestros Nietos], esboza algunos aspectos acerca del futuro del capitalismo y del progreso tecnológico, enfocado desde la perspectiva de la evolución y situación de la mano de obra en ese contexto y momento. En este escrito Keynes define el concepto de “desempleo tecnológico”:
“[U]nemployment due to our discovery of means of economising the use of labour outrunning the pace at which we can find new uses for labour”.
La teoría económica y la evidencia empírica demuestran nos encontramos en una fase de ajuste en la evolución del sistema. Los procesos de producción se hacen cada vez más eficientes vía avances tecnológicos; las máquinas comienzan a tomar cada vez más labores que otrora eran de los seres humanos, lo hacen mejor y más barato. Pero eso no significa que los desempleados no tendrán más empleo, lo que significa es que los mismos avances generan el nacimiento de nuevos sectores ajustados al nuevo contexto y que pueden absorber a esa mano de obra. Sin embargo, estos cambios generan a mediano y largo plazo nuevas demandas sobre la mano de obra, a saber: a) trabajadores que generarán mayores niveles de productividad, b) una mano de obra con mayor nivel de capital humano.

Esto significa que en el futuro, la demanda de trabajo será de una mano de obra con un conjunto de habilidades algo distintas a las que se han demandado en el pasado. Serán habilidades y destrezas más asociadas al elemento que está generando cada vez mayor rentabilidad: la información; lo cual significa que los nuevos trabajos serán unos donde tenga que realizarse un mayor esfuerzo mental y en donde sectores como el de servicios serán un punto central de gran importancia en el proceso de desarrollo de las economías, como ya de hecho lo son hoy en día. Luego, Keynes lanza una predicción:
“I draw the conclusion that, assuming no important wars and no important increase in population, the economic problem may be solved, or at least within the sight of solution, within a hundred years. This means that the economic problem is not – if we look into the future – the permanent problem of the human race”.
Esto es algo bastante osado. Básicamente Keynes lo que está diciendo aquí es que el problema central de la ciencia económica, el problema fundamental de su objeto de estudio, será virtualmente resuelto, gracias a “la ciencia y al interés compuesto”.  Debemos situarnos en contexto, para entender la importancia de lo que escribió Keynes. El hecho que haya podido, con tanta lucidez, analizar la situación de largo plazo de la mano de obra en su relación con el sistema capitalista, en medio de la Gran Depresión, demuestra la gran capacidad de abstracción que tuvo para poder ver la tendencia que estaba teniendo lugar, y obviar la dinámica “ruidosa” de corto plazo. Si bien probablemente no se cumplan exactamente sus predicciones tal y como las planteó, Keynes establece correctamente como los incrementos de la productividad cambiarán las relaciones sociales y de producción del capitalismo, y sus efectos sobre una producción cada vez mayor.

Ante esto, algunos se han hecho la pregunta de cómo afrontar épocas en donde el ser humano no necesitará trabajar tanto como lo hace hoy, gracias al progreso de la tecnología y la productividad. De hecho, esto es algo que ya Keynes se preguntaba, donde la relación trabajo/ocio será una donde cada ser humano trabaje la cantidad de tiempo que desee, aquella proporción de su tiempo que le llene, por lo que se producirán cambios en los preceptos morales de la sociedad, donde la búsqueda de la riqueza monetaria como fin en sí misma no será vista socialmente como algo loable, puesto que el ser humano estaría en búsqueda de fines más elevados.

Pareciera ciertamente algo muy lejano visto hoy en día, pero existen personas trabajando en el tema. Propuestas como la de Andrew McAfee, Guy Standing y otros, sobre el ya famoso “ingreso mínimo universal”. Estas ideas han sido aplicadas principalmente en países del norte de Europa, donde los resultados han sido mixtos, y pareciera que todavía no hay una dirección de política pública más o menos definida en torno a este tema, lo cual es obvio que así sea en este momento. Pero indiscutiblemente, la humanidad va rumbo a un estado de cosas donde la posición del trabajo sea una muy distinta a la que vivimos hoy, gracias al progreso en áreas como data science o la inteligencia artificial.

Sin embargo, es importante señalar que la rapidez con que se dan los cambios tecnológicos resulta ser punto relevante, porque constituye un fenómeno que afecta el panorama en dos aspectos: la desigualdad, y la rapidez de conseguir nuevos usos en el corto plazo para la mano de obra desempleada. Si el rendimiento que genera el progreso tecnológico y los incrementos de la productividad son cada vez más atractivos para aquellos que están en el tope de la escala económica, pues obviamente la tecnología no se está usando como herramienta para subir todos los botes simultáneamente, sino para crear una sociedad más desigual y extractiva donde un grupo cada vez menor obtiene un pedazo cada vez mayor del producto de la economía.

De igual manera, si el desarrollo de las nuevas tecnologías se hace a una velocidad tal que la mano de obra que ya no es utilizada no consigue nuevos espacios en el mercado de trabajo, el avance tecnológico traerá consigo altos niveles de desocupación. Esto trae consigo el peligro de que el “desempleo tecnológico” se pudiera convertir en algo permanente. Es obvio que ambos problemas, altos desempleo y desigualdad, están relacionados en este contexto y son igualmente indeseables, porque si la tecnología no consigue mejorar los niveles de bienestar de todos sino de unos pocos arriba, no sólo constituye un desperdicio de capacidades intertemporales de mano de obra (que podría contribuir en sectores que de otra forma se hubiesen desarrollado), sino que también genera sociedades menos democráticas. Sobre esto advierte Yuval Harari, con respecto a la posible creación de digital dictatorships, en donde “1984” de Orwell quedaría como un juego de niños al lado de lo que sería esto. En este sentido, Robert Skidelsky alerta:
"La verdad es que no podemos continuar automatizando nuestra producción de manera exitosa sin repensar nuestras actitudes hacia el consumo, el trabajo, el tiempo libre y la distribución del ingreso. Sin dichos esfuerzos de pensamiento social creativo, la recuperación de la crisis actual será simplemente un preludio de más calamidades devastadoras en el futuro".
 De modo que no sólo es un problema de eficiencia económica, sino uno moral.

Referencias
Bilmes, L., Stiglitz, J. (2012). The Books of Jobs. Obtenido de http://www.vanityfair.com/politics/2012/01/stiglitz-depression-201201.
Keynes, J. (1930). Economic Possibilities of Our Grandchildren. Obtenido de http://www.econ.yale.edu/smith/econ116a/keynes1.pdf.
Skidelsky, R. (2012). Labor’s Paradise Lost. Obtenido de https://www.project-syndicate.org/commentary/labor-s-paradise-lost?barrier=accesspaylog.

24 de julio de 2018

Debemos Aspirar a Otro Tipo de Sociedad

Félix E. Álvarez P.

Los acontecimientos transcurridos en Venezuela desde la última vez que escribimos en este blog el año pasado, han sido indudablemente negativos, tal vez demasiados para el aguante del colectivo. Tenemos una depresión económica que lleva ya cinco años con contracción del producto, donde desde 2013 se ha perdido el 50% del valor de la economía, de acuerdo a ciertas estimaciones. También, desde nov-17 entramos en un proceso hiperinflacionario por primera vez en nuestra historia republicana, donde según la última actualización del World Economic Outlook del FMI, la inflación de 2018 cerraría en 1.000.000%. Según las últimas estimaciones de la encuesta ENCOVI, la pobreza, medida por el método de línea de pobreza, para el 2017 fue de 87% de un 48,4% en el 2014, mientras que la pobreza por el método integrado, da un nivel de pobreza reciente en 56,2% y una pobreza crónica en 30,4%, la cual continuará creciendo si las condiciones económicas siguen deteriorándose como lo han hecho en los últimos años.

De tal manera, que lo anterior probablemente explique por qué la gente ha perdido aproximadamente 10 kgs. de peso en promedio por la crisis, tengamos gente comiendo de la basura, y otra ola de emigraciones. Tenemos una sociedad exhausta de intentar, sin éxito, cambiar este estado de cosas despreciable, que lamentablemente nos coloca a todos en una categoría más cercana al de siervo de una élite que al de ciudadano, al menos por el momento.

La verdad es que realmente la culpa es nuestra, como sociedad permitimos llegar hasta aquí. Nos encontramos en una situación tan extrema y una involución sin parangón en la historia de Venezuela, porque permitimos, de manera consciente o no, que poco a poco nos fuesen quitando nuestra libertad, erosionando derechos básicos y menoscabando nuestros principios, a cambio de réditos de corto aliento. Este ilusión de beneficios dio pie a la progresiva creación de una sociedad altamente desigual, donde un grupo muy pequeño de individuos extrae la cada vez menor riqueza que produce la economía, y toma las decisiones en la esfera política, dejando al resto del país por fuera de este proceso.

Obviamente esto no debería ser así. Una sociedad próspera debería ser aquella que apunte a que los individuos tengan la posibilidad de participar en los procesos políticos de manera libre, y donde también tomen parte en el proceso de generación y apropiación de valor en la sociedad. Un (buen) gobierno debería acometer políticas que vayan dirigidas a que sus ciudadanos tengan cada vez más control sobre sus vidas y un mayor poder en términos del de dicho gobierno, dado que una sociedad genuinamente inclusiva es aquella donde el gobierno sea servidor de los ciudadanos, otorgando herramientas que permitan una mayor participación en los procesos políticos y económicos.

Así, los individuos progresivamente tendrán mayor control sobre su destino, de modo que tengan la capacidad de poder alcanzar sus objetivos de vida. De forma contraria, para mí pierde sentido todo esto y no comprendo qué estamos haciendo, puesto que en algún grado y forma, se estaría implementando una dinámica de dominación que prohíbe el desarrollo de las capacidades individuales. Al final del día se parece un poco a lo que describen los modelos microeconómicos de agente-principal, en el sentido de que queremos mejorar nuestras condiciones materiales de vida, porque nos permite ser más dependientes de lo que nosotros mismos, y menos de otro del cual no conocemos bien cuáles son sus objetivos.

También resulta obvio, al menos para mí, que el problema no sólo es de carácter político o económico, sino también, y primeramente, moral, espiritual y de fe. Esta era de oscurantismo que somete la sociedad a un poder despótico, nos ha hecho bajar a lugares indeseados, y lamentablemente todavía vamos a tener que descender un poco más, antes que finalmente dejemos de hacerlo.

Lo cierto es que ninguno de nosotros pensábamos que esto pudiese pasar aquí, y ninguno de nosotros pensó vivir en el peor momento de la historia de nuestro país. Pero esto es lo que tenemos. Lo bueno, al menos como yo lo veo, es que el propio hecho que estemos pasando por esto es indicativo que somos los que debemos superar esto, porque de otra manera no estuviésemos aquí, le hubiese tocado a otros. Concentrarnos en elementos como la innovación y el fortalecimiento institucional, es parte de la labor de reconstrucción del país que tocará para los próximos años.

28 de abril de 2017

¿Qué puede aprender Venezuela de la recuperación económica de Alemania del Oeste después de la segunda guerra mundial?

Francisco Rojas

Introducción

Alta inflación, escasez, racionamiento, mercados negros; pareciera que estuviéramos describiendo el panorama venezolano de la actualidad pero la verdad es que Venezuela no es el único país que se ha sufrido semejantes flagelos. Alemania, a partir de 1945, al final de la segunda guerra mundial, es un caso de estudio significativo de un pueblo que tuvo que enfrentar los problemas mencionados, en gran parte como herencia de la política económica de controles del nazismo.

1. La política económica de los nazis (1933-1945)

Los nazis gobernaron Alemania entre 1933 y 1945, período durante el cual se expandió el gasto militar, se construyeron enormes autopistas, se protegió a la industria de la competencia extranjera, se instauraron controles de capital, se congelaron completamente los precios y se financió buena parte del gasto público con impresión de dinero. Además, el beneficio y las inversiones de los empresarios tenían que ser hechos en los términos más favorables para el Estado (Buchheim and Scherner, 2006).

Al principio, tanto fue el éxito de estas políticas disminuyendo el desempleo e incrementando la actividad económica, que Keynes incluso llegó a pensar que su teoría sobre la producción podía funcionar mejor en un sistema totalitario que en una economía competitiva. No obstante, al final se generó un gran déficit público (Rockwell, 2012) y una gran inflación (Hölscher, 2001), entonces se trató de racionalizar lo que escaseaba por medio de tarjetas pero esto igualmente esto resultó en otro fracaso (Mises, 1945).

2. Políticas económicas durante el período de ocupación en Alemania y sus consecuencias sociales (1945-1948)

La guerra terminó en Alemania en 1945 pero en los años siguientes la situación económica y social, empeoró durante el mandato de las fuerzas de ocupación (1945-1948) por la falta de consenso de los países aliados sobre la política económica, implicando que se mantuvieron los controles económicos que habían implementado los nazis (Bartlett, 2013).

La consecuencia entonces fue el estancamiento de la producción industrial que en 1947, dos años después del final de la guerra, permanecía aún en un 39% del nivel anterior al conflicto bélico (Erhard, 1958). Otros efectos fueron: más inflación, escasez, racionamiento de comida y el incremento de las transacciones en el mercado negro.

En el campo social, las consecuencias fueron fue la profundizaron del hambre, el crimen, enfermedades y protestas. Glossner (2010) contribuye en este punto con algunos datos impactantes: 
  • La gente usaba los cigarrillos como forma de moneda, los cuales se convirtieron en uno de los pocos medios de pago aceptados.
  • La provisión de calorías por persona se desplomó de 1.500 por día en 1946 a solo 800 en 1947.
  • En 1946 la comida solo era una preocupación para el 30% de la población pero en 1947 el 74% de la gente en Berlín, reportó que no tenia disponibilidad de alimentos suficientes.
  • Se presentaron disturbios por hambre en varias zonas que obligaron a las fuerzas de ocupación a desplegar tropas y tanques para contener la muchedumbre.
  • En algunas regiones el crimen se incrementó más de 400% comparado con los años previos a la guerra.
  • En las zonas de ocupación británica y estadounidense, la difteria, la tifoidea y la tuberculosis, se duplicaron.
  • En el medio del caos en todas las áreas, los alemanes poco a poco perdían más la fe en la probabilidad de una recuperación económica: en 1947 solo 45% de la gente pensaba que las condiciones económicas mejorarían, cuando en 1945 el casi el 80% confiaba en una recuperación (Glossner, 2010).
Aparejado a la desilusión, la gente no tenia conocimiento sobre lo que causaba aquel desastre económico. En una encuesta hecha en julio de 1946, se les preguntó a los alemanes cual era la causa de que el dinero en circulación se hubiese incrementado 10 veces comparado con los niveles anteriores a la guerra, el 66% de las personas en la encuesta respondió que era causa de los comerciantes en el mercado negro (Mereditt y Mereditt, 1970).

Por otro lado, la mayoría de la gente no confiaba en los partidos políticos y consideraba necesaria una economía dominada por el estado, que nacionalizara las grandes industrias y que controlara los servicios básico, así como las comunicaciones y el transporte, en orden de hacerlos accesibles. Todos estos sentimientos se reflejaron en la aptitud de los partidos políticos, la mayoría de los cuales, incluyendo los más importantes, hicieron énfasis al principio en propuestas que incluían diversos grados de economía planificada (Boehling, 1996).

3. Las reformas económicas claves en Alemania (1948)

En 1948, el consenso general era que se necesitaba llevar a cabo una reforma monetaria para eliminar el exceso de dinero y echar a andar de nuevo la economía pero para la época no existía la experiencia y menos aún un manual para llevar a cabo tan extensa reforma (Glossner, 2010).

No obstante, no se pudo alcanzar un acuerdo con la Unión Soviética y por esta razón, como primera medida, se fundó un nuevo banco central en la zona de ocupación correspondiente a Alemania Occidental que se encargó de llevar a cabo a partir de junio de 1948, la introducción de una nueva moneda que se llamó “Marco Alemán” (Bundesbank, 2012).

El punto de la reforma económica donde no existía consenso era en la conveniencia de la eliminación de los controles de precios al mismo tiempo que se llevaba a cabo la reforma monetaria. Muchas personas eran partidarias de no eliminar inmediatamente los controles de precios pero Ludwig Erhard, Director de Economía de las zonas de ocupación Británica y Estadounidense, ahora considerado el padre del milagro económico alemán, sostenía que era mejor la eliminación completa de los controles (Stolper y Roskamp, 2012). En palabras de un periodista de la época:
Si Alemania no esta arruinada aún, este hombre con su plan absurdo para abandonar todo racionamiento, lo logrará. Ojala Dios prevenga de convertirlo en Ministro de Asuntos Económicos. Después de Hitler y la fragmentación de Alemania, esta sería una tercera catástrofe (Glossner, 2010, p.129). 
Al final, la eliminación de los controles de precios se hizo simultáneamente con la reforma monetaria, a pesar de las preocupaciones de gran parte de la población y la negación inicial de las fuerzas de ocupación.

4. Los resultados de la reforma monetaria y la liberación de precios (1948-1950)

Los resultados inmediatos se pueden resumir de la siguiente manera, según expresaron personas de la época: 
El mercado negro repentinamente desapareció. Las vidrieras de las tiendas estaban llenas de productos; las chimeneas de las fabricas estaban humeantes y las calles llenas de camiones. Por todos lados el ruido de nuevas construcciones levantándose, reemplazaron el silencio mortal de las ruinas (Erhard, 1958, p.13).
Solo dos trimestres después de la reforma la producción general se aumentó más de 40% y para 1950 los precios habían disminuido 10,6% comparados con los de la época de la reforma (Erhard, 1958). En medio de todo este proceso, se presentaron presiones sociales como huelgas generales de trabajadores pero la claridad de los resultados pronto eliminó las objeciones a las políticas de liberación.

De esta forma hoy en día, muchos creen que este fue el momento clave para las reformas, porque se aprovechó la atmósfera de buena expectativas creada por la reforma monetaria que facilitaría la introducción de cualquier otra medida económica. Contrariamente si esto no se hubiese hecho inmediatamente, es posible que unos meses después, la remoción de los controles habría sido imposible de lograr (Lutz, 1949).

5. Conclusiones: aprendizajes para Venezuela

Revisando la experiencia económica vivida por los alemanes después de la segunda guerra mundial (especialmente en el periodo 1945-1948), es absolutamente imposible no sorprenderse con las similitudes de los fenómenos que ocurren en Venezuela especialmente desde 2016, por causa del excesivo control del estado sobre la economía.

A groso modo, de la experiencia de la recuperación económica de Alemania Occidental después de muchos años de férreos controles económicos, los venezolanos pueden aprender lo siguiente para aplicar en un futuro programa de reformas económicas:
  • No obstante que la recuperación de la economía de Alemania Occidental es calificada a veces de milagrosa, la clave de este proceso estuvo relacionada con el abandono de la economía planificada y el uso del mercado como mecanismo para asegurar la competencia, el uso eficiente de los recursos económicos y la productividad. Las reformas económicas futuras en Venezuela deben ir orientadas al uso de los mecanismos de precios para revertir la situación económica.
  • En Alemania no había un ambiente social absolutamente favorable a la introducción de medidas de mercado para solucionar los problemas económicos: gran parte de la población era creía en la intervención del estado, la gente no tenia un conocimiento certero de las causas de los problemas y no había confianza en los partidos políticos ni en las instituciones; por lo tanto su éxito posterior no puede ser imputado a valores culturales específicos sobre la propiedad privada o su creencia en la competencia, estos valores hay que construirlos en la medida que los políticas muestren sus beneficios.
  • Los resultados de las medidas en Alemania Occidental se comenzaron observar en un periodo de tiempo relativamente corto (menos de 1 año tardo la producción en incrementarse, menos de 2 años tardaron los precios en descender por la competencia), lo que posibilitó la adopción de los nuevos valores favorables al mercado y el apoyo posterior de la población, a pesar de la molestia inicial por el incremento del desempleo y el costo de la vida.
  • En la experiencia alemana, en 1948 se aprovecho el momento de buenas expectativas generadas por la reforma monetaria para remover los controles de precios de forma simultanea, sino se hubiese hecho de esta manera, tal vez no se habría podido hacer después frente a las presiones sociales consecuencia del desempleo y el incremento del costo de la vida. En el caso venezolano, similarmente habría que introducir las reformas en forma conjunta, en una atmósfera de buenas expectativas en el futuro.
  • Una condición fundamental es el liderazgo político, que este consciente de la capacidad de los mecanismos de mercado para solucionar este tipo de crisis y que asegure sus prontos resultados. Esto en Alemania se materializó notoriamente en la figura de Ludwig Erhard.
6. Bibliografía

Bartlett, B. (2013). How the Revival of Postwar Germany Began [Documento en linea]. Disponible: https://mobile.nytimes.com/blogs/economix/2013/06/18/the-revival-of-postwar-germany-began-65-years-ago/ [2017, marzo 08]

Boehling, R. (1996). A Question of Priorities: Democratic Reform and Economic Recovery in Postwar Germany. [Libro en linea]. Disponible: https://books.google.co.ve/books/about/A_Question_of_Priorities.html?id=Lr799qR_MDwC&redir_esc=y [2017, marzo 07]

Buchheim, C. y Scherner, J. (2006). The Role of Private Property in the Nazi Economy: The Case of Industry [Documento en linea]. Disponible: http://www.ibrarian.net/navon /paper/The_Role_of_Private_Property_in_the_Nazi_Economy_.pdf?paperid=1691865 [2017, marzo 07]

Bundesbank, (2012). Dates of the German monetary policy (detailed version). https://www.bundesbank.de/Redaktion/EN/Standardartikel/Topics/2012_08_01_55_years_dates_legal_framework_german_monetary_policy_1948_2007.html [2017, marzo 08]

Erhard, L. (1958). Prosperity through Competition [Libro en linea]. Disponible: https://mises.org/sites/default/files/Prosperity%20Through%20Competition_3.pdf [2017, marzo 12]


Hölscher, J. (2001). Germany's Economic Performance. [Libro en linea]. Disponible: https://books.google.co.ve/books?id=TMJyCwAAQBAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false [2017, marzo 06]

Lutz, F. (1949). The German Currency Reform and the Revival of the German Economy [Documento en linea]. Disponible: http://www.piketty.pse.ens.fr/files/capitalisback/ CountryData/Germany/Other/Pre1950Series/RefsHistoricalGermanAccounts/Lutz1949.pdf [2017, marzo 10]

Mereditt, A. y Mereditt, R. (1970). Public Opinion in Occupied Germany: the OMGUS Surveys, 1945-1949. [Libro en linea]. Disponible: https://archive.org/details/publicopinionino00merr [2017, marzo 11]

Mises, L. (1945). Inflation and Price Control. [Documento en linea]. Disponible: https://mises.org/library/inflation-and-price-control [2017, marzo 06]

Rockwell, L. (2012). Hitler's Economics [Documento en linea]. Disponible: https://mises.org/library/hitlers-economics. Consultado: [2017, marzo 09]

2 de abril de 2017

The destruction of the Venezuelan oil sector and the mismanagement of Joint Venture companies

Francisco Rojas, Economist

This is a english version of the post titled La Destrucción del Sector Petrolero Venezolano

1. Introduction

Nowadays, in Venezuela is very difficult to find an economic sector that is not moving backwards. Unfortunately the oil industry, which is the most important sector in the country, does not escape to this circumstance. In fact, in 2016 the oil production experienced one of the biggest slumps in the hundred-year-old history of this industry in Venezuela, -14% in a span of a year, from December 2015-2016, according to OPEC data.

The only time this South American Country had worse figures was more than forty years ago, the year previous to the oil industry nationalization. In that year the oil production shrunk -21%, although it is natural that a previously announced nationalization process generated such a decline. Therefore, the 2016 phenomenon has no comparison with any other in the country’s history. It is a shame given that Venezuela possesses the largest oil reserve in the world, and if this were to continue, this huge resource will stay undergrown forever.

Let’s detail some figures about this 2016 collapse:
  • Fall in production of 337.000 barrels per day in twelve months (-14%)[1]
  • This fall caused a lost of income of nearly 5.000 million dollars[2]
  • Venezuela was the member of the OPEC with the poorest performance, even Iraq, which is now a war-torn state, increased its production 7,5%[3]
This is very painful to see in a country where 80% out of the population is losing weight because of scarcity of staple foods, that money could have been used to import at least half of the country’s food needs[4].



The Foundation of the Collapse

The Venezuelan government stated that the 2016 fall was just momentary, in the words of Eulogio del Pino, President of the state oil corporation, PDVSA:

“The fall of 220.000 barrels per day was temporary because of electrical problems and one situation that we had in one of the upgraders”[5].

Beyond the temporary elements which had an impact in the industry’s poor performance in 2016, there are deeper reasons that help to explain this collapse. Since 2003, Hugo Chávez began using PDVSA to build the so-called “Socialism of the 21st century”.

Every year PDVSA leverages more of its revenues to fund social programs, which has resulted in the careless investment, and the increasing of financial debt. Meanwhile, the labor force multiplied more than three times[6] and the private participation in the sector was reduced by force[7]

These elements have affected the oil production considerably in Venezuela. However, there is a more significant factor that is seldom mentioned by anybody (experts, managers, much less politicians): the mismanagement of the Joint Ventures in the Orinoco Oil Belt.

The Mismanagement of the Joint Ventures in the Orinoco Oil Belt

The Orinoco Oil Belt is a territory on the Orinoco River Basin in Venezuela that holds the world's largest oil deposits. Since the Chavez government, the business model is based on Joint Ventures where international investors always had the minor shareholding.

Many companies from all over the world decided to take part in this Joint Ventures, among these corporations are: Total (France), Statoil (Norway), Rosneft, Gazprom and Lukoil (Russia), Chevron (US), CNPC (China), Repsol (Spain), Petronas (Malaysia), ONGC and IndianOil (India), Mitsubishi (Japan), Petrovietnam (Vietnam) and ENI (Italy).

Every one of these corporations have been struggling with enormous problems that have been caused by the Venezuelan Government’s policies. Those difficulties, which have been present before the downfall of the petroleum price since 2015, headed stagnation in investment and the failure to meet the planned production. Actually, the production goal of the Orinoco Oil Belt in 2015 was 2 million barrels per day but the production achieved was just 1.3 million barrels per day, around 700 thousand barrels less[8].

Of course, the foreign investors have been very cautious regarding the business difficulties in the Orinoco Oil Belt. But by making a compilation of the statements made by members of some companies (ENI, Lukoil, ONGC, Petronas, PetroVietnam), we can get a sense of the problems they have faced. Let's see what they have said in the next table:



From the analysis made, we can identify the roots of the sector debacle, among these long-term errors in industry management we can mention:

1. Unfavorable macroeconomic environment for investments: High inflation, control and the exchange differential, makes it very expensive for foreign companies to invest in our country and even more facing the obligation to sell currencies at the official rate, which is well below the parallel market.

2. Dividend retention of joint venture partners: For some years the lack of foreign exchange has prevented the government from liquidating the foreign exchange corresponding to the profits of its joint venture partners. This puts a brake on the investment disbursements to which the PDVSA partners had committed themselves.

3. Low profitability of joint ventures: this is caused not only by the fall in oil prices but also by excessive taxes levied on joint ventures. This low profitability caused by taxes pushes investors to steer their efforts to more attractive markets like Canada. The “Law of Special Contribution to Extraordinary and Exorbitant Prices” is of special importance.

4. Majority shareholdings of joint ventures: Due to this, PDVSA has the right to most of the profits of joint ventures but also greater responsibility for the disbursement of investments, but the national company has not complied with the investment disbursements.

5. Slow incorporation of technology from China: The national government has relied on this technology but apparently the drilling machinery and services of the Venezuelan China Drilling Industry (ICVT) have not been able to reverse the paralysis of the operations of companies such as Schlumberger and Halliburton.

Conclusion

The mismanagement of joint venture companies in the Orinoco Oil Belt has not been the only cause of the fall in Venezuelan oil production. There are other factors that add to the demise of Venezuela’s oil industry such as the abandonment of traditional fields, PDVSA's financial management and even corruption (issues that can be addressed in the future). However, there is no doubt that a well executed business plan would have completely changed the oil outlook in Venezuela.

Only in 2016, if the collapse of the Orinoco Oil Belt hadn’t occurred, Venezuela would have obtained 5,000 million more dollars in income, an amount that would be sufficient to import or produce all the products that are missing in Venezuelans’ shelves

Now, since the 2015 fall of oil prices, many people think that the largest oil reserve in the world is going to remain underground forever. That is not necessarily true but the prospects from this point in 2017 are dim.

[1] Personal calculations from OPEC data
[2] Personal calculations from OPEC data
[3] Personal calculations from OPEC data
[4] Survey of Living Conditions 2016 (Encuesta de Condiciones de Vida 2016)
[5] http://www.petroguia.com/pub/article/eulogio-del-pino-fue-un-error-lo-que-se-hizo-con-empresas-del-lago-de-maracaibo (jun-16)
[6] The employees increased from 33.998 in 2003 to 150.032 in 2015, 341%, according to the official reports of PDVSA.
[7] Oil corporations with already-firmed concession, had to accepted the renegotiation of the contracts. They were made to chose weather participate as a minor partner in Joint Ventures or be expropriated. Exxon Mobil and ConocoPhillips didn’t agree but others did.
[8] Official reports of PDVSA.